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Maricela Manzo, mujer de luz y esperanza

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Un corazón que no aguanto más dolores y tristezas

Maricela Manzo falleció el domingo 13 de abril del 2025 en el Hospital de Xoco en Coyoacán de la Ciudad de Mexico a los 57 años, luego de 3 meses de sufrimiento tras un segundo infarto qué daño su cerebro, el cual le desactivo la posibilidad de hablar y comer, la dejo en cama, usando pañal y con una sonda nasal alimentaria.

Sin duda alguna su final es desgarrador, incomprensible para una mujer que amaba reír, hablar y contar historias, comer y fumar. Una mujer que era imparable, productiva y activa en todo momento.

Su vida fue difícil, su madre Hermelinda Domínguez Rodríguez murió cuando ella tenía 4 años aproximadamente, murió junto a su segundo hija Pilar de tan solo un año más o menos, ambas en un lamentable accidente automovilístico, donde viajaban las hermanas de Hermelinda: Bertha y María, a una le amputaron un brazo y la segunda perdió parte de sus recuerdos de juventud, mientras que Enrique qué conducía, le pusieron una varilla para unir su hueso en la rodilla.

Enrique Manzo Cuara con sus dos hijas Maricela y Pilar.

Maricela quedo a cuidado de su abuelita Jose, quien luego de varios años, murió mientras dormía, con la niña Mary a su lado. Posteriormente su papá Enrique Manzo Cuara, continuó con su cuidado, hasta que se casó con Josefina Fuentes, quien se encargó de ser la madrastra malvada, haciéndole la vida imposible.

La primer niña del lado izquierdo abajo de vestido blanco es Maricela.

Josefina tuvo 3 hijos, mientras que la niña era su estorbo, la encerraba, la dejaba en la calle, buscó hacerle la vida miserable e incluso convenciendo a su papá para estar en contra de ella, así hasta Maricela tuvo edad sufienciente para escapar de su casa.

Maricela es la más sonriente, la tercera del lado derecho con gafete en el pecho, años 70s.

A sus cerca de 23 años quedo embaraza de su primer hijo Enrique, fue madre soltera y lucho mucho por sacarlo adelante, rondo por varias casas de amigas y familiares, hasta que por fin logró convencer a su papá de darle un cuarto en la casa que fue de su mamá en la calle Huiloapan en San Felipe de Jesús en la Gustavo A Madero, donde vivió hasta el final.

Maricela y Kike

Años más tarde se casó con Miguel Angel Almaza, con quien vivió unos años estable hasta que este, le hizo la vida imposible ya que sufría neurosis, la humillación, alteración emocional, los auto golpes y las mentiras no pudieron esperar, literalmente el apellido era lo contrario a ser manso.

De esta relación nació Luis Enrique, su segundo hijo de Mary y el único del matrimonio; a sus casi 10 años de edad, vio romperse la relación de sus padres, esto luego de que Miguel, comenzará una relación con una “amiga” con quien hoy vive.

Este momento de la vida de Maricela, fue una traición terrible, ya que mientras estaba con sus hijos en una vacaciones en Acapulco, Miguel la traicionó, metiendo a su “amiga” a la casa y manteniendo relaciones sexuales en las camas de los niños.

Maricela no perdono y corrió a su marido de la casa, sin embargo, este dolor jamás lo pudo superar, su carácter y temperamento fueron más duros, más exigentes y siendo más insultante en sus palabras, al referirse a esta pareja, jamás le dio el Divorcio.

Miguel no dejo de atormentar su vida, dando el mínimo de la pensión alimentaria y humillando a Maricela y su hijo Kike, sin embargo asi aprendió a vivir, a luchar por sacar adelante a sus dos hijos, trabajar y soportar sus dolores.

Más adelante intento una relacion más que fracaso, un novio llamado Mario, donde el sujeto le robaba su dinero y pertenencias, por la mujer de esta historia decidió la soledad y tranquilidad junto a sus hijos.

Su hijo mayor Kike decidió salir de su casa, experimentar la vida religiosa entrando a un convento, ahí duro varios años, luego salió y comenzó su vida en Querétaro, visitaba así mamá repentinamente, ella siempre lo recibía con alegría, pese a su carácter intenso, motivo por el cual mantenían cierta distancia.

Un accidente en su casa donde una fuga de gas provocó una explocion en uno de los departamentos, ocasionó la muerte de los dos inquilinos, hermanos de aproximadamente 60 y 70 años, quienes murieron por quemaduras y aceleración cardíaca.

Esta terrible emoción más el estrés y su vida imparable en trabajo y cansancio le provocó a Maricela su primer infarto, del cual quedo con una lijera parálisis facial y muscular, salió de ella y aprendió a vivir, volvió a trabajar y a salir adelante.

Paso solo año y medio y Luis, el segundo hijo, a sus 22 años continuaba siendo un martirio para su madre, pero ahora más intenso, ya que le robaba el dinero de su cartera, le robo las joyas de la abuela, le vacío sus cuentas bancarias y sus ahorros, le vacío una alcancía donde llevaba más de 2 años juntando dinero, todo esto acompañado de mentiras y falta de apoyo.

Luis trabajaba de Uber, pero jamás traía dinero, no apoyaba en los gastos y todavía le pedía a su mamá para solventar los pagos, las drogas lo llevaron a ser miserable, en uno de tantos corajes, el corazón de Maricela no aguanto y recibió su segundo y más grave infarto.

Las secuelas ahora eran más graves, no podía hablar ni comer, le colocaron una sonsa que se infecto y tuvieron que cerrar la herida y colocarla nasal, cayó a quedar con poca movilidad, usar pañal por no poderse levantar y el uso de oxígeno ligeramente.

Al darla de alta del hospital, a los cuantos días se mordió la lengua, provocando una combulsion, entró saliva a sus pulmones y le provoco neumonía, un cuagulo en el pulmón que le dificultó el respirar.

Volvió a salir después de casi un mes, llego a casa, su hijo mayor la iba a ver 3 días por semana, le daba dinero a su hermano menor para que no trabajará y cuidara de su mamá.

Sin embargo Luis engaño a todos, pidió dinero para supuestos pañales y sillas de ruedas que jamás compro, ya que los gastos eran solventados por la familia, también la abandonaba por irse de fiesta.

También la alimento con comida con azúcar cuando en la receta indicaba qué tenía inicio diabetico, lo cual a las 2 semanas le provocó una alta terrible en glucosa, la volvió a internar, la entubaron y la durmieron una semana.

Esto la derrumbó, se fue deteriorando, se infecto el catéter y la sonda antes infectada, le distribuyó la infección en todo el cuerpo. Su tristeza era más grande aún, su hijo Kike, lo vio en sus ojos, unos ojos tristes y llenos de impotencia.

Luis siguió engañando a todos, haciendo creer que iba a las visitas, pidiendo dinero a los amigos de Maricela, todo esto se fue escuchando el día del funeral y durante los Rosarios, Kike sufrió un gran dolor por no haberse enterado, ya que cayó en las mentiras de su hermano.

Incluso la dieron de alta un día miércoles, cuando servicio social en una patrulla acudió al domicilio a notificar, ya que llevaba varios días sin asistir a los reportes, Luis le dijo a Kike que iría por ella hasta el domingo porque no había oxígeno y no tenía auto y no estaba su papá.

Kike le suplico que ya la sacara, que el pagaba el oxígeno y la ambulancia, su distancia y trabajo lo amarraron, Luis se negó y lo convenció que el día domingo. Maricela murió el domingo por la mañana, les dieron tiempo para acompañarla y despedirla.

En el velorio todos se fueron sorprendiendo, al ver a un luis que no lloraba, que estaba con sus amigos tomando como si fuera una fiesta, vestía pantalones rotos y un desinterés y frialdad inhumana.

Kike fue por su mamá al hospital, a sacarla del congelador e identificará en la bolsa, escogió su ropa , la maquillo en la funeraria, se encargó de los tramites y pagos, nunca dejo a su mamá sola, no durmió y la velo 2 días enteros, el dolor, la culpa y la impotencia gobiernan su corazón hasta hoy.

La última foto de Kike y Maricela un 24 de diciembre del 2024 en la misa de navidad.

Maricela murió triste, sola, abandonada, traicionada, humillada, con el desamor de su hijo.

Ella siempre fue una niña pequeña que buscaba amor, que buscaba ser feliz, jugar, reír, bailar, estar acompañada y brillar, en su funeral llegaron más de mil personas que la despidieron, amigos y amigas, familiares y compañeros de escuelas y trabajo, gente agradecida que la amaba.

Incluso los hijos recibieron muchos donativos para pagar el velorio, Kike cuenta que cuando  reviso su cartera, no había gastado nada, diciendo “mi mamá siempre estuvo preocupada porque haríamos el día de su funeral, ella pagó todo a través de las manos que siempre la ayudaban, a través de sus buenas acciones” .

Luis se quedo con esos donativos, ni siquiera le aviso a su hermano que los tenía, aun enfrente de su mamá tendida, le siguió robando.

Kike decidió cremarla ante las dificultades para sepultarla junto a su papá o su mamá, hoy su reto es juntarlos, una historia que continuaré escribiendo, el dolor y su ausencia serán permanentes.

Panteón Santa Lucía, donde descansan los restos de José Manzo y Enrique Manzo.

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